jueves, 31 de marzo de 2011

PELIGRO EN CHINA POR CATASTROFE NUCLEAR

En cuanto a los pronósticos acerca de la contaminación de la propia zona y del resto del país, ecólogos comunican que por el momento no se puede predecir practicamente nada. Subrayan que no es un caso en el que funcione la noción del nivel promedio de radiación y hace falta realizar mediciones muy precisas. En algunos lugares los niveles de radiación pueden ser altos; en otros, bajos, lo que en promedio dará un índice permitido, pero la situación real seguirá siendo muy peligrosa. Además, la situación cambia constantemente: los vientos desplazan nubes radiactivas, mientras que las precipitaciones hacen llegar las sustancias tóxicas al suelo.
Médicos comentan que tampoco es posible pronosticar cómo las sobredosis de radiación eyectada de la central afectarán a la salud: por el momento se desconoce la composición exacta de la nube radioactiva.
En caso de prevaler en ésta el yodo o cualquier otro tipo de isótopos de vida media corta, la situación no es tan grave. Este tipo de isótopos tienen un período corto de desintegración, no persisten ni en la atmósfera, ni en el agua, suelo o plantas. Los efectos negativos para la salud son remediados a través de la ingesta de yoduro de potasio que 'bloquea' la glándula tiroides e impide que absorba el veneno, lo que ya provocó una demanda muy alta de estas pastillas. Según informan los medios japoneses, en los centros que acogen a los evacuados de la zona del accidente nuclear las autoridades repartieron 200.000 cápsulas de yoduro de potasio como medida preventiva.
Sin embargo, en caso de tratarse de una fuga masiva de cesio todo será muy diferente. El cesio tiene una vida media larga. No se desintegra, sino que se acumula tanto en el suelo, en el agua y en las plantas, como en todos los tejidos del organismo humano (no sólo en la glándula tiroides) y sigue activo durante muchos años. La contaminación radiactiva causada por el cesio puede persistir en el medio ambiente durante siglos aunque se apliquen diversos métodos de limpieza, según advierten los ecólogos.
Médicos comentan que con el tiempo los residuos nucleares se descomponen y con el polvo se esparcen en el aire y llegan a plantas, ríos, lagos y aguas subterráneas, acarreando consecuencias sobre la salud durante décadas. De esta manera, un brote de todo tipo de enfermedades en la región afectada no estalla tan sólo inmediatamente después de un accidente nuclear. Es generalmente sabido, por ejemplo, que los casos de cáncer en las zonas contaminadas aumentan muy significativamente 25 años después de que suceda un desastre industrial. Ése es el tiempo que el suelo y, por consiguiente, los alimentos 'necesitan' para acumular elementos radioactivos 'longevos' en las dosis que después pueden volver a causar transformaciones cancerosas.
Las transformaciones pueden manifestarse también en las generaciones posteriores, en este caso se trataría ya de una mutación.
El nivel sobreelevado de radiación provoca enfermedades de diversa gravedad.

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